martes, 18 de febrero de 2014

La validez del conocimiento en psicología

La validez del conocimiento en psicología

Introducción
El presente ensayo surge derivado de la línea de trabajo sobre Edgar Morin (Introducción al pensamiento complejo y Los Siete Saberes para la educación del futuro) y Zygmunt Bauman (Vida Líquida) motivo por el cuál retoma puntos de los sietes saberes antes mencionados para establecer una propuesta sobre la psicología como un cuerpo generador de conocimientos enmarcada y derivada del contexto de la psicología educativa hacia otras áreas, como un medio transmutador y como un conocimiento en construcción constante.

El conocimiento y el conocimiento científico
Una de las primeras condiciones para caracterizar algo es definirle y esto se logra a través del conocimiento, de esta forma el simple hecho de diferenciar a algo como distinto o externo del observador, es conocer, es formar un punto de referencia del observador, es decir del yo hacía el otro, perspectiva de sentido común cuya operacionalidad persiste en la tradición científica, de este punto deriva el primer contraste y es el referirse a las llamadas cegueras del conocimiento por Morin.
Despojar a la ciencia de su carácter científico, de su especialidad, de su objetividad es el primer medio para acercarse a la complejidad de la misma, el desnudarle del mito de la certeza y de las vestiduras de la solemnidad y el absoluto es otorgarle un carácter contrario, un planteamiento tal representa la nulidad del conocimiento generado por la misma, argumento ya establecido por Feyerabend que a través del absurdo hace de todo conocimiento algo válido, algo capaz de operar y generar resultados, control predicción e incluso explicación.
Una vez despojada la ciencia de un carácter sacrosanto y absoluto, surge la necesidad de caracterizarle en otras facetas, de ver más allá del Maya, y verle en contexto y como contexto, es decir en primer término la ciencia está subordinada a las necesidades sociales, económicas y políticas de su momento y con ello con reminiscencias históricas que a manera de analogía según el modelo cognitivo-conductual persisten como creen irracionales medias, de otra forma la aprehensión y comprensión de la realidad es imposible, ¿no es acaso el control y la optimización una creencia media del mecanicismo manifestada en un contexto productivo?,  ¿No ha sido la ciencia algo permeado por banderas e ideologías, tal como el cambio del  término psicología por psicopedagogía en la URSS?, al mismo tiempo la ciencia como contexto es generadora de una cultura, si bien los conceptos y conocimientos generados por la misma son una aproximación e interpretación de los fenómenos externos, son también entidades lingüísticas y por ello símbolos sujetos a la reinterpretación y transformación por parte del sujeto, prueba de ello es la concepción popular de la física en la ciencia ficción, y al mismo tiempo la ciencia misma como generadora de intersubjetividad, el conocimiento se deriva de acuerdos y convenciones entre diversos investigadores, y con ello en una cuestión política, los criterios del APA no son solo una uniformidad del conocimiento generado en la investigación, son también institucionalización, control, gestión y admisión del investigador, quién como todo ser humano busca ser reconocido y aceptado en comunidad a la vez de obtener beneficios de esto, deseos que deberá subyugar a la voluntad del grupo, o bien seguir como un proscrito anticientífico y poco objetivo.
El científico a su vez, como un “especialista” genera hermetismo y bajo la bandera de la especialización genera un ostracismo con el fin de legitimar la permanencia de la comunidad, por ende las ideas nacientes o más bien los paradigmas emergentes resultan particularmente peligrosos. ¿No era la independencia de Norteamérica motivo de risa para los franceses enajenados por su odio a Gran Bretaña, el cuál posteriormente se revertió en peligro para ellos?
He allí el potencial satánico en la ciencia misma, y en la práctica clínica de la psicología como algo siempre presente. El terapeuta con una especialización teórica contrasta a cada momento y clasifica desde una lógica a la realidad, opera con símbolos sobre símbolos, el paciente es ese contrario que debe de asimilar a su sistema de conocimientos, con la condición de no perder los mismos, ¿No entraña esto el peligro de considerarlo como un sofista que genera hipótesis ad-hoc con cada interacción?,¿Se ajusta la teoría al paciente, o en cada caso se genera una teoría única e irrepetible?. La terapia como el área más representativa de la psicología es análoga de esta caracterización del conocimiento y de su complejidad, si se parte de concebir al paciente como el experto de si mismo y de sus problemas, al psicólogo como interprete, es decir como científico y al mismo tiempo como un lingüista que habla desde su realidad persona, desde su realidad científica y desde el cruce de estas interpreta la realidad del paciente misma que se ve modificada por las demás realidades presentes e invisibles para el,  la terapia es tecnología; la aplicación del conocimiento dado, pero es también investigación, y descubrimiento, la interacción entre el paciente-terapeuta, y la interacción entre los diversos sistemas de creencias que convergen en ellos es tan análoga y válida como el proceso de individuación descrito por Jung, las personas un análogo de estos conocimientos y creencias, es decir, el terapeuta es la persona perteneciente a un individuo construida a través de conocimientos y una formación, definida y creada para un contexto especifico; el individuo puede valerse de esta en el ejercicio de su profesión y de su vida, o bien ser poseído (identificado) con la misma. No solo las ideas poseen a los hombres, sino también el conocimiento, especialmente cuándo la complejidad es tal que es difícil saber quién o que define e interpreta al otro, la dialogía es probablemente hasta ahora uno de los más acertados conceptos generados en casos como estos, dónde el paciente reta el paradigma-cultura, creencia del terapeuta.

La multidimensionalidad de la realidad humana
Mencione anteriormente al científico como individuo inmerso en una ciencia cuya multidimensionalidad (como sistema generador de conocimiento “objetivo”, como red intersubjetiva, como comunidad social, como comunidad política, como ente histórico, como entidad memetica) le hace aportarse a la misma, sirviendo de reproductor, regulador, creador y editor, de esta misma forma, en la cual un microcomplejo (el individuo) en constante interacción con mesocomplejos (entidades, instituciones y conceptos, o bien véase como endo y exosistemas) modifica radical y substancialmente su realidad circundante, la palabra tierra le define y distingue de otros objetos, y de esta palabra se genera un engrama de cualidades perceptibles para el bagaje fisiológico, experiencial y conceptual del sujeto, redefiniendo ese objeto a cada momento, algo así como la dialéctica sujeto-objeto planteada por Hegel,  este conocimiento dialéctico es realidad, es de cierta forma líquida, una suspensión de subjetividades en una estructura amorfa, dialéctica que origina una dialogía, lo contrarío no niega, sino complementa lo dado por el sujeto, así la realidad surge como esa dialogía, como una construcción-transmutación de las realidades sociales, individuales, económicas, culturales, e incluso de las endorealidades, es decir de un inconsciente personal y colectivo. Bien pueden ser arquetipos, ideas originales a la Kant o Descartes, o elementos ya presentes en el ambiente simplemente sometidos a la razón. ¿No es la madre un elemento necesario para la existencia de un individuo, y al mismo tiempo un arquetipo presente en su psique que se ve enriquecido por su experiencia individual, pero que a la vez manifiesta su existencia ideal?, ¿No es la internet profunda algo más que una mera alegoría de una sombra ominosa (Y no sobre Innsmouth) o de un Tanathos proyectado sobre un soporte que la hace en una fuerza real y capaz de cobrar voluntad?, este es pues el problema de las realidades, el hecho de ver la totalidad dificulta ver de la misma forma los asuntos concretos. El conocer la amplitud de la humanidad permite apreciar de manera distinta sus problemas.
¿Cómo curar una herida sabiendo que entre las implicaciones de este puede sobrevenir la gangrena?, ¿Confiando en el devenir del sistema?, ¿Teniendo fé en el método y la tradición?, ¿O con la apertura a las posibilidades generadas por la incertidumbre?.
¿Cómo definir y seguir con los tópicos ya existentes si esta complejidad trasciende todo?,¿Redefinir la patología como algo meramente contextual, cómo algo ficticio, como un modelo, como un hecho real, como algo presente en los sistemas y no en los individuos?, ¿Prestar más atención a los aspectos operativos y prácticos o a los teóricos?, ¿ Hasta dónde extender la dialogía paciente-terapeuta?, ¿La tríada paciente-terapeuta contexto?, ¿No son los contextos implícitos a los individuos?, ¿A un cuarteto?, ¿Bucles?, ¿Redes?, ¿Engramas?, ¿Totalidades?, ¿No son estas sinónimos de unidades incognoscibles para nuestra comprensión actual?
¿Hacía que dimensión prestar más atención?,¿ Lo biológico-psiquiátrico, lo individual-empírico, lo colectivo-interaccional?,¿Según el modelo, según el objeto, o según el producto de todos es interacción?.
Finalmente y pese al esfuerzo de todos estas síntesis-uniones surge una implicación no considerada anteriormente. La inconmensurabilidad de los paradigmas, en este caso de los conocimientos. ¿Cómo poseer una certeza de la comprensión de la realidad del paciente, o la realidad dada por la ciencia?,¿Cómo engramar ambos pese al hecho de la inflexión?, al igual que la suma, existe un producto, más, ¿Cómo demostrar la existencia de los operadores y de la naturaleza de la operación?.


Conclusiones e Inversiones

¿Qué se puede rescatar de tal embrollo de ideas y argumentos?, ¿De tales relaciones ambiguas entre procesos psicológicos como el lenguaje, el pensamiento y la percepción, que se puede dar a lo ya dado?, tal vez un retorno o una reconsideración de la psicología misma, de sus conceptos y objetos, de cómo conoce aquello generado por ella. De una metacognición.  De otra forma es fácil caer en la hiperespecialización y en la influencia de la inconmensurabilidad y considerar la reflexión como una vanidad y una pérdida de tiempo, como solo un ejercicio retórico sobre problemas “reales”, ¿Qué me va a importar la política en un desorden de personalidad?,¿En problemas de lectoescritura?, sin embargo como psicólogo pertenezco a una institución y es mi finalidad intervenir sobre estos problemas generando soluciones, es necesario para mis fines convencer al paciente de su problema y de su rol, y con ello darle un discurso de su realidad desde la mía, para que el genere un discurso sobre si mismo desde mi. Me queda el considerar análogos los campos emergentes, el mirar con suspicacia las neurociencias, bien como un matraz de lo humano, bien como una jaula.
Me queda ver al conocimiento mismo como al espíritu, como una fuerza o proceso innato detrás de la dinámica de la humanidad y la vida misma, como el reconocimiento de todo ser ante si mismo y ante el Universo. Los seres sensibles, y capaces de cognición asimilan y acomodan sus percepciones para acomodarse a un medio más o menos conocido, entre ellos el humano, y entre ellos el psicólogo, que ajusta sus conocimientos a una problemática para ajustarse a sí mismo, sin importar si la psicología es un sistema de creencias, una ciencia o una tecnología, porque de todas formas es una serie de conocimiento, es una herramienta para generar otros, es un medio para interpretar los ya existentes (Sea mencionado el caso de la psicología social, dónde las diferencias son sutiles entre sociología, psicología y antropología, o bien los aportes de otras áreas a la psicología), es decir la psicología es también el matraz para transmutar, la materia a transmutar, el proceso de transmutación y el producto de la misma.
Todo acto implica un conocer, algo externo que requiere principios, y estos son como el espíritu una directriz para la voluntad y el cuerpo. Después de todo en el inicio la piscología derivo directamente de la filosofía, y esta es por derecho propio una ciencia del espíritu.

Bauman Z. “Vida Líquida” (2010) México. Ed. Páidos
Díaz-Guerrero R. “Psicología del Mexicano” (2008). México. Ed. Trillas
Erikson M. “Los escritos esenciales de Milton Erikson Vol. I” O’Hanlon comp. (2009). México. Páidos
Feyerabend P. “Contra el Método” (2007). España. Ed. Planeta
Foucault M. “Vigilar y Castigar” (2007). México. Páidos
Jung C. “Arquetipos e Inconsciente Colectivo” (2001) / “Los Complejos y el Inconsciente” (2002)/ México. Paidos.
Kuhn T. “La estructura de las revoluciones científicas” (2009) México. FCE
Levay A. “La Biblia Satánica. Documento disponibles en línea, recuperado el 03 de Enero de 2014 en: http://www.enlataberna.com/lib_lin/Biblia-satanica.pdf
Levi E. “Dogma Y Ritual de la Alta Magia”. (2002).  España. Alfa y Omega
Levi-Strauss C. “El pensamiento salvaje” (1987) México. FCE
Maslow A. “El Hombre autorrealizado” (2000) México. FCE
Meinhold W. “El gran manual de la hipnosis” México. McGrwa-Hill
Morin E. “Los Siete Saberes necesarios para la eduación en el futuro”.(1999)  UNESCO
Parsons T. “El sistema social” (2002) España S/E
Rogers C. “El Proceso de convertirse en persona” (1998). España. S/E





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