jueves, 11 de abril de 2013

Mentalidad de Grupo VS Mentalidad Individualista

Introducción

El siguiente trabajo surge de un ensayo final, es por parte de César Rivera, y expone argumentos para considerar en la Psicología Social una comparación entre la Tesis de la Mentalidad Grupal y La Tesis de la Mentalidad Invididual. Problema con un abordaje histórico y que aún causa controversias en la psicología social, la psicología en general y en la epistemología por los problemas e implicaciones que cada una conlleva.






Han existido 2 tipos de psicología social, una psicológica y una sociológica. Las tesis de mentalidad grupal e individual permiten abordar a las masas y movimientos sociales entre otros fenómenos.  Desde la posibilidad de solipsismo en cada individuo, o bien de la multiplicidad en la unicidad de cada de ellos como producto de su sociedad, historia de vida y finalmente como parte de una totalidad.





La Tesis de Mentalidad de Grupo y la Tesis Individualista



A lo largo de la historia de la psicología social se ha mantenido una polémica acerca de qué es lo que motiva a un grupo, de si éste tiene una conciencia propia, un pensamiento propio, o es el conjunto de las individualidades.
        
La tesis individualista tiene sus orígenes desde los teóricos conductistas, entre los que destaca Floyd Allport, quien decía que sólo las cosas tangibles y concretas poseían una realidad completa, y que lo intangible era meramente una relación de conceptos para referirse a aquello que ocurre sobre el objeto tangible; en este sentido, se referiría al grupo como una mera relación de individualidades, que vendrían siendo el individuo tangible y el grupo el concepto para referirse a la colectividad de individuos, para nombrar una acción que se ejerce sobre lo concreto. (Asch, 1968)

 La tesis individualista en la cual dice que los individuos son las únicas fuentes observables de información, y cuando actúan varios individuos no es porque el grupo tenga un pensamiento propio, sino porque cada individuo busca satisfacer sus necesidades individuales y se vale de los demás individuos para lograr su meta, ya que éstos pueden fungir como medios o como intermediarios entre el individuo y el objeto que se persigue, ya sea material o simbólico. Esta tesis niega además la existencia de un grupo real, argumentando que a lo que se le conoce como grupo es meramente una colectividad de individuos, donde sólo se conjuntaron en un espacio y tiempo comunes, y que para comprender los fenómenos sociales no hace falta estudiar el fenómeno en lo que llaman la colectividad de individualidades, sino más bien las propiedades de los individuos , refiriendo a hechos tales como las religiones, los gobiernos, las instituciones de cualquier índole, siendo una especie de intersubjetividad colectiva, donde hay un consenso de experiencias e ideas que dependen única y exclusivamente de las vivencias y pensamientos propios.

Por otro lado tenemos a la otra posición extrema, en al que se supone que, cuando los individuos viven y trabajan en grupos, surgen “entidades cognoscentes” un tanto ajenas a los individuos, que van más allá de la mera experiencia individual, ya que poseen leyes propias que son irreductibles a sólo un individuo.
Entre los autores que más destacan en esta posición se encuentra Émile Durkheim, quien define al grupo como una entidad mental. Menciona que las mentalidades individuales, al formar los grupos, originan un ser con características de individualidad psíquica de índole distinta, la cual llega a ejercer una fuerza propia sobre todos y cada uno de los individuos. Hace una diferencia entre representaciones individuales y representaciones colectivas, en las que se separa la conciencia individual de lo que denomina conciencia colectiva. Durkheim propone que el hecho social es muy diferente del fenómeno psicológico, ya que, según él, la conciencia colectiva no pertenece al mismo orden que la conciencia individual, son realidades de otra especie. De esta conciencia colectiva es de donde se originan las leyendas, los mitos, concepciones religiosas y creencias.  El sociólogo francés toma la idea de Wilhelm Wundt –fundador de la psicología como disciplina científica al establecer el primer laboratorio de psicología experimental en Alemania en 1879- al decir que las representaciones no son meras copias exactas de la realidad, sino que es una fuerza que está dentro del organismo, y que se ve envuelta en un torbellino de fenómenos orgánicos y físicos; una representación es una imagen que un objeto engendra dentro de la conciencia de cada individuo (Rodríguez, 2007).
Distingue tres tipos de representaciones: las sensaciones, las imágenes y los conceptos.
         En términos de Jean-Paul Sartre, Durkheim no propone al grupo como un todo, sino como la totalidad de un proceso, donde interviene indiscutiblemente lo que él llama la lógica de la acción, donde hay una relación dialéctica entre el individuo y el grupo, la lucha del individuo ante los demás (Anzieu, 1980). Esta lucha, al ser de experiencia meramente individual, va formando las representaciones colectivas mediante la interacción constante y simbiótica de todas las intersubjetividades. Además, Sartre propone la delgada línea entre lo que sería una colectividad y un grupo; en la colectividad, los individuos tienen un objetivo en común, y cuando este objetivo en común pasa a ser el objetivo común, se convierte en un grupo.

 En este punto cabe mencionar la propuesta que hace Serge Moscovici (1961) acerca de las representaciones sociales La propuesta de Moscovici viene a ser un intermedio entre lo que Durkheim llamó conciencia individual y la conciencia colectiva. Expone que las representaciones sociales son miniaturas del comportamiento, adaptaciones de la realidad que cada persona se hace de manera individual. Son entidades casi tangibles, que están presentes en todo momento y se manifiestan de diferentes maneras. Se relaciona tanto con aspectos psicológicos como sociológicos. Las representaciones sociales son formas de conocimiento de tipo práctico, específicas de las sociedades contemporáneas que circulan en los intercambios de la vida cotidiana. Sus funciones primordiales son la comprensión, la explicación y el dominio de los hechos de la vida diaria. Es un fenómeno específico relacionado con la manera particular de comprender y comunicar, y creándose así, de este modo, la realidad y el sentido común. Es un sistema que reconoce de manera simultánea el aspecto cognoscitivo, simbólico y su interacción con los sistemas sociales (Rodríguez, 2007).

Se puede decir que cada tesis tiene sus limitantes, así como sus ventajas, tales como el explicar que el grupo está formado por individuos que tienen
individualidades completamente distintas porque todos los miembros de una sociedad han vivido cosas diferentes y las interpretan basándose en su propia experiencia, y que estos individuos, al estar en constante convivencia con los demás -que al igual que ellos tienen toda una historia detrás e interpretan su realidad de manera diferente- van formando representaciones simbólicas, que en el caso de la tesis individualista la plantea como una mera relación de conceptos; en términos de Piaget se diría que se está en un constante proceso de asimilación y acomodación de la realidad, donde todo parte de la experiencia sensible que se tenga con el objeto en un especie de relación funcional entre éste y el individuo; cada conciencia será completamente distinta a la otra, pudiendo citar el principio antrópico, que dice que todo existe en el universo porque el hombre lo puede percibir; aunque en la tesis individualista esta premisa quedaría un tanto forzada, ya que se refiere más que nada a lo que Durkheim llamó representaciones individuales, donde el objeto adquiere un significado simbólico único e irrepetible en cada individuo  (aunque puede tener varias cosas en común, la experiencia será diferente en todos los casos). Si se toma al grupo como una especie de “inter-supra-individuo”, que a la vez depende y no depende de todos y cada uno de los miembros, se le estaría dando al grupo ese carácter antrópico e intersubjetivo que se menciona anteriormente: el grupo puede ser percibido por los integrantes dentro del mismo como un ser conformado por la suma de los individuos, o se pierde la noción de grupo y solamente se percibe como una parte de una colectividad, de una masa; ahora bien, si el individuo fuera del grupo, que no tiene ninguna propiedad de afiliación proximal al mismo, lo verá como un “supra-ser” antes que percibir a cada uno de los miembros que lo conforman; se hace partícipe el uso del simbolismo para referirse al grupo como un ente virtual, un ente que la mayor parte del tiempo e intangible y sólo se puede accesar a su conocimiento por medio de un “juego de niveles de pertenencia”, donde la psicología de la Gestalt muestra su vigencia a partir del punto de referencia del que se esté partiendo para lograr, como diría Moscovici,, una representación social de una realidad, una forma de apropiarse de la realidad de la manera que más le acomode a cada persona; la representación social de Moscovici vendría siendo la   síntesis entre la dialéctica de las 2 posturas extremistas, es decir, sería pieza clave entre el planteamiento de Allport y Durkheim,  la relación funcional mediadora entre sujeto y objeto, aquel modelador de la realidad en un ciclo de subjetivización-intersubjetivización-objetivización- internalización-subjetivización.

Volviendo al ejemplo del principio antrópico, cada ser conserva su individualidad, al mismo tiempo que por naturaleza tiende a formar parte de un grupo; no se podría hablar de la existencia del individuo como tal si no existiera la noción de una colectividad y viceversa. Además, el individuo se mueve por diversos “planos de realidad” de una manera constante y mayormente imperceptible, ya que todo el tiempo es parte de un grupo y es un individuo, tanto en esencia (concepto, según la tesis individualista) como en presencia, sólo que en una diferencia de grado y pertenencia percibida en los niveles tanto del individuo como tal, como de los demás miembros de su sector social que lo rodea, quienes, a partir de una intersubjetivización le van dando forma y presencia (la cual sólo es percibida por los miembros del grupo en su totalidad de manera física [concreta] el tiempo que duren como tal en una restricción espacio-temporal) a la esencia, que, al igual que todos los individuos, son víctimas del cambio, del flujo del tiempo y de las sociedades que a cada momento se hayan en simbiosis con todos y cada uno de las personas: si un individuo cambia y ese cambio logra repercutir en los demás miembros del grupo, y ese grupo llega formar una esencia propia tal que en determinado momento logre una relevancia percibida por los demás grupos y subgrupos, podría decirse que la sociedad cambia cuando los individuos cambian.


   Referencias

-Anzieu, D. y Martin, J. (1980) La dinámica de los grupos pequeños. Kapelusz.
Reseña histórica. Pp. 28 – 64.
                       
-Asch, S. (1968) Psicología social. Ed. Eudeba. Una introducción a la teoría de los grupos. Pp. 245 – 276.

-Moscovici, S. (1961) El Psicoanálisis: su imagen y su público. Buenos Aires.: Huemul. (1979)

-Rodríguez, T., García, M., Jodelet, D. et.al. (2007). Representaciones Sociales: Teoría e investigación. México: Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades CUCSH.

1 comentario:

Por favor deje aqui sus comentarios,quejas y demas expresiones acerca del articulo, quejas no recibo,criticas favor de plantear buenos argumentos,gracias.